C.R. ¿PAIS NEUTRAL? Abramos la mente.

No voy a referirme en ésta nota al hecho de si es anticonstitucional o no, la recién aprobación del ingreso de tropas norteamericanas a nuestro territorio. Eso lo tendrá que decidir nuestra nuestra Sala IV.

Tampoco me voy a referir al hecho de que dicha aprobación se hizo en el mayor de los silencios, cómo para que no trascendiera, porque ya se hizo y el tiempo no lo podemos retroceder.

Pero si quiero pedirles a todos aquellos que se manifiestan a favor de la decisión de la Asamblea Legislativa, a que abran por un momento sus mentes y analicemos los hechos, más allá de sentimientos partidistas ó ideológicos.

El 2 de julio 2010, Costa Rica el Congreso autorizó la entrada de 46 buques de guerra de los EE.UU. capaces de transportar 200 helicópteros y aviones de combate, además de 7.000 infantes de marina de EE.UU. que podrán circular por el país en uniforme, con sus armas y sin ningún tipo de restricciones ni responsabilidad en caso de perdidas materiales ó humanas, además de los buques, viene un submarino a la costas de Costa Rica para «operaciones antinarcóticos y para misiones humanitarias» ( aunque el acta no habla de misión humanitaria ) entre 01 de julio 2010 hasta el 31 de diciembre de 2010.

Esto parece «desproporcionado para la lucha contra la drogas”.

Este no es un permiso nuevo, está vigente desde hace diez años y nadie se ha opuesto antes ni ahora a esa cooperación en el combate al narcotráfico. En estos diez años, han ingresado pequeños buques y cerca de 300 tripulantes y han ayudado a capturar muchísima droga. ¡Eso es excelente! ¡Queremos que nos sigan ayudando!

El domingo, la presidenta Laura Chinchilla, dijo que el gobierno no tiene la intención de militarizar la lucha contra las drogas ( una gran contradicción ) y el Ministro de Seguridad Pública, José María Tijerino hizo hincapié en que esta fuerza enorme, éste poderoso ejército estaría bajo el mando de la Guardia Costera de EE.UU. y no a la Marina de los EE.UU. ( otra gran contradicción, porque por Ley de EEUU, eso no es posible ).

Costa Rica no sufre ninguna crisis, como para recibir ayuda «humanitaria».

Viendo el avance del narcotráfico en México ¿no sería mejor llevar a cabo este tipo de «operaciones antinarcóticos» en el norte de México?

Con lo que probablemente es el peor desastre ambiental sucediendo ahora mismo en el Golfo de México, ¿no sería más lógico, desplegar ayuda ó «misiones humanitarias» en el Golfo?

El 10 de julio 2010 se anunció también que: «Honduras va a construir una nueva base militar en el Caribe, además de otra base militar construida con fondos procedentes de los EE.UU. en la misma región con el pretexto de combatir el narcotráfico».

En abril pasado, Washington invirtió $ 2 millones en una base cercana a la frontera con Nicaragua, una base militar «bajo la supervisión del Comando Sur de los EE.UU.».

El Comando Sur de EE.UU. (SOUTHCOM) que tiene su sede en Miami, Florida, es lo que se está trasladando hacia Costa Rica. ¿No será que los 7000 marines y las 46 naves están huyendo de algo mucho más peligroso que está a punto de suceder en el Golfo de México?

El área de responsabilidad de SOUTHCOM abarca 31 países y 10 territorios. La región representa aproximadamente una sexta parte de la masa continental del mundo asignados a comandos unificados regionales. ¿Qué es exactamente esa responsabilidad de la que no se dice con claridad?

El documento aprobado por la Asamblea no aclara si estos buques vigilarán las costa del Atlántico o del Pacífico.

¿Alguien sabe si alguno de estos buques tienen armas nucleares?

James Petras, un sociólogo norteamericano dice que éste permiso otorgado a EEUU, representa un enorme retroceso a la democracia, y que es una militarización abrupta y profunda. “Es muy evidente el cerco militar que está formando EEUU en la región y que nos debería estar preocupando a todos. Hay un patrón en esto, primero Honduras, después las bases en Colombia y lo que ha sorprendido al mundo es el caso de Costa Rica.”

Llama la atención también, el incremento del aumento de presencia militar en lugares como Aruba y Curazao, además de los 20,000 soldados que están en Haití después del terremoto.

Por otro lado, el gobierno Venezolano ha invertido más de 5.000 millones de dólares en armamento de guerra porque presienten una pronta intervención armada en su territorio. Las relaciones Colombia-Venezuela están hoy muy deterioradas en todos los aspectos y no se ve una salida pacífica al conflicto.

El escenario colombiano se asemeja mucho al Vietnam de hace 40 años cuando EEUU desplegó tropas en ese país para luego atacar a los países vecinos de Indochina (Laos y Camboya). En este caso, EEUU podría estar pensando en Venezuela y Ecuador, de paso repetir una invasión-castigo a Panamá.

A pesar del hermetismo, el documento oficial del Pentágono, “Estrategia hacia una ruta global” ofrece algunas pistas sobre las intenciones de EEUU. El documento fue presentado en abril de 2009 en la base aérea de Maxwell, en Alabama, EEUU. El documento señala que la base de Palanquero ( Colombia ) puede servir como una “base para la seguridad cooperativa” desde donde se podrían “ejecutar operaciones móviles”. En otras palabras, se convertiría en una plataforma para realizar operaciones militares en la región. Según el mismo documento, “la mitad del continente puede ser cubierto desde Palanquero por un transporte militar C-17 sin tener que reabastecerse”.

El punto es : ¿queremos los costarricenses ser parte de todo esto? ¿no se supone que todos hemos estado de acuerdo en ser un país neutral?

Se que muchos han visto con buenos ojos “la ayuda que ofrece el gobierno de los EEUU” en la lucha contra el narco, y que sin mucho analizar el contexto global, hoy se enorgullecen de la firmeza de la señora presidente en ésta lucha frontal contra la desgracia del narcotráfico y apoyan el ingreso de tropas miltares a nuestro país, pero ¿se tomaron el tiempo para analizar todo esto antes de emitir un criterio? ¿quieren que nuestro país sea parte de conflictos militares internacionales?

Solo les pido reflexión al respecto. Quién mayor respeto merece es aquel que reconoce sus errores y rectifica una determinada posición.